Hasta la llegada de Scopus en 2004 y Google Scholar en 2005, el impacto de la investigación se medía únicamente por la información proporcionada por la Web of Science (WOS). La sensación que se tenía era que no se estaba dando una imagen completa del impacto de una publicación, porque el número de revistas analizado era limitado y sesgado. A pesar de que se ha utilizado durante muchos años, este no era el objetivo inicial de la WOS; de ahí las críticas recibidas sobre su utilización para medir el impacto de la investigación1-2.
En enero de 2018 se lanza oficialmente Dimensions, un producto de Digital Science & Research Solutions3 (grupo que incluye productos como ReadCube, Altmetric, Figshare, Symplectic o Digital Science Consultancy), con el que se quería dar una visión global de una referencia bibliográfica. Desde los primeros signos de la actividad académica (proyectos financiados), hasta las últimas etapas (publicación en revistas y difusión en redes sociales)3, describe el ciclo de vida de la investigación de una forma más completa que otros sistemas de datos4.
El Real Decreto-ley 15/2020, de 21 de abril, de medidas urgentes complementarias para apoyar la economía y el empleo, modificó la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido, reduciendo al 4 por ciento el tipo impositivo aplicable a los libros y revistas digitales, pasando pues al mismo IVA que para el formato en papel de este tipo de publicaciones.
La discriminación que existía entre los tipos impositivos de las revistas y libros en formato electrónico, respecto a estas mismas publicaciones en formato papel, no ha acabado porque el sentido común nos haya indicado que esto debía ser así, como tantas veces hemos expresado en el mundo bibliotecario, sino como consecuencia de la pandemia del COVID-19 y del confinamiento al que nos ha llevado. Tampoco parece que haya tenido especial importancia en la decisión del legislador el hecho de facilitar el acceso a la información científica, sino más bien el intento de satisfacer, a precios más reducidos, la demanda por parte de la ciudadanía de productos culturales y de información relacionados con el ocio y el entretenimiento, así como, y principalmente, el auxilio a la industria editorial de nuestro país.